Mantenimiento de PC y LapTops

Casos de estudio

Una máquina está diseñada para funcionar correctamente en cualquier momento.

Pero de tanto en tanto necesita ciertas tareas de mantenimiento para que siga funcionando como el primer día y nos dure más. Con nuestra computadora ocurre lo mismo.

A todos nos gusta encender el ordenador y que la pantalla de inicio de sesión aparezca de inmediato.

Introducimos usuario y contraseña, abrimos un par de programas y aparecen en pantalla en segundos. Así da gusto.

Pero con el tiempo, nuestra computadora se resiente. No ya por el hardware, que también, si no por el software: instalar y desinstalar programas, llenar el disco de archivos y el mero usuario diario desgasta Windows y lo ralentiza.

Es algo inevitable pero que tiene solución: el mantenimiento del PC. Hay tareas de mantenimiento automáticas que el propio sistema se encarga de hacer por ti, pero en general hay acciones que debemos ejecutar nosotros mismos, que no llevan muchos minutos pero que no solemos tener en cuenta porque son aburridas y “no siempre tenemos tiempo”.

Muchas te sonarán, pero no está de más hacer una lista de tareas para el mantenimiento del PC. Te será muy práctica para aplicarla durante el año y no dejarte nada por hacer. Tu computadora te lo agradecerá y tú mismo verás los cambios.

Tareas mensuales de mantenimiento del PC

Empezaremos por las tareas que deberíamos realizar cada mes, con independencia de que estemos de vacaciones, trabajando o estudiando. Si no las hacemos no pasa nada, nuestra computadora no estallará en mil pedazos.

Pero dedicarle unos minutos a estas tareas (media hora como mucho si las sigues todas) hará que tu PC funcione mejor durante el mes.

Vaciar la Papelera

Depende de los muchos archivos que elimines pero lo deseable es vaciar la Papelera una vez al mes. Más que nada porque si la borras antes, tal vez eches en falta algún archivo que borraste antes de tiempo, en especial en tu PC de trabajo.

Antes de vaciar la Papelera no está de más mirar el contenido por si hay algo de lo que te vas a arrepentir si eliminas definitivamente.

Eliminar temporales y cachés

Bien con la herramienta de Windows llamada Liberador de espacio en disco o con herramientas de terceros como CCleaner, una vez al mes no está de más deshacernos de restos de programas y del propio sistema.

Se trata de archivos temporales y carpetas generados al instalar o desinstalar programas y juegos o por el mero funcionamiento de Windows. Eliminarlos una vez al mes nos dará más espacio en disco y a larga aligerará el sistema.

Desfragmentar el disco duro

Este consejo es de los más viejos pero no por ello menos práctico. Si tu PC tiene un disco de estado sólido (SSD), no es necesario, pero los discos duros de toda la vida sí, ya que por la naturaleza del sistema de archivos de Windows, se suelen dispersar los archivos en partes y, al cabo del tiempo, ralentiza su rendimiento.

En Windows 10, por ejemplo, la tarea de desfragmentación es automática. En versiones anteriores, e incluso para asegurarnos en Windows 10, debemos realizar esta tarea a mano.

Con una vez al mes es más que suficiente para que el contenido de nuestro disco duro esté en buen estado. Como recomendación, antes de esta tarea recomiendo haber realizado las dos acciones anteriores: vaciar la Papelera y eliminar temporales y cachés.

Revisar los programas de inicio

Hay programas que, cuando los instalas, colocan actualizadores o asistentes varios en la lista de inicio de Windows para que esos programas se abran junto con Windows.

La mayoría son inofensivos, a la par que inútiles, pero si se acumulan demasiados, es posible que el arranque de Windows que duraba 10 segundos acabe degenerando en 60 segundos o más.

No está de más revisar esa lista una vez al mes y considerar qué programas te conviene que se abran solos al iniciar Windows y cuales es mejor quitar de ahí.

Puedes hacerlo desde msconfig, una herramienta de Windows que puedes abrir desde la opción de Ejecutar o desde el buscador mismo.

En msconfig, vas a la pestaña inicio de Windows y desmarcas los programas que veas inútiles. Eso sí, si no sabes para qué sirven no los toques. Algunos tienen que ver con controladores de hardware. Asegúrate bien antes. En cualquier caso, puedes volver a marcarlos en cualquier momento.

Copia de seguridad

Puede que nunca te haya ocurrido, pero no tientes a la suerte. En cualquier momento tu computadora puede fallar, o Windows puede dejar de funcionar y quedarte sin acceso a tus archivos y documentos.

De manera semanal (si trabajas con archivos muy importantes) o mensual, no está de más hacer una copia de seguridad del contenido de tu disco duro.

Hay muchas maneras de hacerlo. La mejor es usando un disco externo independiente de tu computadora.

Para hacer el backup puedes usar la herramienta por defecto de Windows o acudir a una de las muchas herramientas de terceros, como Genie Timeline.

Puedes hacer una copia de todo el sistema o simplemente de tus archivos.

Personalmente prefiero lo segundo y reinstalar Windows y demás programas en caso de problemas mayores para que estén como el primer día.

Comprobar las actualizaciones

Si bien Windows tiene su propio actualizador, que suele comprobar nuevos parches y soluciones a vulnerabilidades, conviene comprobar que funciona correctamente y que tenemos Windows al día.

Con una vez al mes bastará. Comprobamos las actualizaciones, las descargamos y Windows las instalará. Así nuestra computadora será más segura y estable que antes.

Lo mismo ocurre con los demás programas. En el caso de Office, se actualiza igual que Windows, pero programas de terceros requieren una actualización manual.

No hace falta que los comprobemos todos, sólo los que suelen ser más vulnerables, como Flash o Java, y los que usemos más a menudo.

Analizar el disco en busca de virus

Quien dice virus dice malware en general: troyanos, gusanos, rootkits, ransomware… Hay toda una fauna de programas con intenciones dañinas que conviene mantener a Distancia de nuestros equipos.

Como he comentado en artículos anteriores, conviene contar con cortafuegos y antivirus, además de ser cuidadosos con qué páginas visitamos y qué enlaces y mensajes de correo abrimos.

Además, una vez al mes, para asegurarnos, deberíamos hacer un análisis a fondo de nuestro disco duro en busca de programas dañinos, bien con nuestro antivirus por defecto o con uno adicional. Muchas firmas de seguridad ofrecen versiones de 30 hasta 90 días de sus antivirus que funcionan adecuadamente pero requieren adquirir licencia anual después del periodo de prueba.

Reiniciar la computadora

Si utilizas un PC de sobremesa, este consejo te parecerá absurdo. Pero si utilizas un portátil, es posible que seas más de hibernar la computadora en vez de apagarla.

Los ordenadores portátiles actuales permiten hibernar el sistema en vez de apagarlo, simplemente bajando la pantalla hasta que haga contacto con el teclado. Las ventajas son que al salir de hibernación, todo seguirá como estaba sin esperar al inicio habitual de Windows. Además, consume poca batería, en especial si usas un disco de estado sólido.

Así que de vez en cuando deberías reiniciar tu portátil para que Windows “limpie” los procesos en marcha y así descargarlo de tantas tareas al haber estado encendido tanto tiempo.

Puede ser a diario, cada semana o una vez al mes. También es recomendable apagar la computadora si no vas a usarla durante un tiempo prolongado (un día entero, por ejemplo).

Unas 2 o 3 vez al año no hace daño

Las tareas anteriores de mantenimiento del PC son las habituales durante todo el año. Pero las tareas periódicas de manera anual, antes de irnos de vacaciones, por ejemplo, deberíamos realizar ciertas tareas adicionales a las anteriores.

Revisar los programas instalados

Aunque cada día instalamos y desinstalamos programas, bien porque nos los han recomendado o porque tenemos que usarlos para un proyecto concreto, una vez al año deberíamos revisar qué programas hay instalados en Windows y si podemos deshacernos de alguno.

Este consejo está pensado en especial para videojuegos, que suelen ocupar mucho espacio en disco y que, si ya no vamos a jugarlos más, conviene desinstalar para dejar espacio y recursos del sistema a otros juegos o programas.

Instalación limpia de Windows

Este consejo es de vieja escuela y depende del tiempo que tengas y de lo bien o mal que funcione tu computadora en este momento.

Reinstalar Windows una vez al año permite tener una instalación limpia y así olvidarte de archivos temporales, desinstalaciones parciales y configuraciones que ralentizan tu PC y el buen hacer de Windows.

Basta con hacer una copia de seguridad de tus archivos, hacer una lista de los programas instalados y reinstalar Windows formateando el disco en el proceso, para eliminar la instalación previa completamente.

Esta opción también puede servirte para ahorrarte todos los consejos anteriores, salvo el de la copia de seguridad, claro.

La limpieza física

La limpieza física del ordenador es lo único que puede hacer de forma regular para mantenerlo libre de polvo, lo que permitirá que el equipo literalmente respire más fácilmente y, a su vez, prolongará la vida del sistema.

Los ventiladores, el disipador de la CPU y la tarjeta gráfica son los elementos que más polvo suelen acumular, aunque este también llega a la placa base, los discos duros y el resto de los elementos. Si no tenemos un poco de cuidado es fácil que nuestro ordenador acabe lleno de polvo, lo que perjudica el flujo de aire y la refrigeración, disminuyendo el rendimiento y perjudicando la salud de los componentes.

¿No querrás que tu PC termine dañada verdad?

Así pues, la limpieza física del polvo es lo primero que debemos hacer en el mantenimiento anual de nuestro PC, incluso sería muy recomendable hacerlo cada pocos meses, si vivimos en una zona con mucho polvo, o no tenemos instalados filtros anti-polvo.

Cambiar la pasta térmica

Cambiar la pasta térmica es uno de los mantenimientos básicos de cualquier PC, aunque no es algo que debamos hacer a la ligera. Por lo general no existe un consenso universal sobre cuándo debemos cambiar la pasta termina de un equipo y es comprensible, ya que su deterioro no siempre se produce de la misma manera ni al mismo ritmo.

Una pasta térmica de calidad no tiene la misma vida útil que una pasta térmica económica o de bajo coste, y tampoco ofrece los mismos valores de conductividad térmica, dos claves que debemos tener muy en cuenta antes de seguir profundizar.

Por lo general una pasta térmica estándar suele aguantar sin problemas un mínimo de 1 años, aunque hay variantes de alta calidad que están diseñadas para mantenerse durante 2 años sin mostrar una degradación notable en su rendimiento térmico.

También debemos tener en cuenta que actualmente existen dos grandes componentes que utilizan pasta térmica como método de disipación de calor: el procesador y la tarjeta gráfica.

Cuándo debo cambiar la pasta térmica: Procesador

Hay gente que cree que debe cambiar la pasta térmica del procesador cada seis meses o cada año y no, no es cierto. Como dijimos no existe una regla general ya que depende de la calidad de la pasta térmica que hayamos utilizado, aunque podemos establecer unos criterios que nos servirá como referencia aproximada.

  • Temperaturas de trabajo: hacer mediciones de temperaturas del procesador y la tarjeta gráfica con cargas intensas de trabajo nos ayudará a identificar si tenemos un problema. Es importante recordar que unas temperaturas elevadas no indican por sí solas que debamos cambiar la pasta térmica, ya que pueden deberse a una acumulación de polvo y resolverse con una limpieza. En caso de que los ventiladores estén limpios y que el flujo de aire sea correcto una temperatura elevada sí que se puede asociar directamente con la necesidad de cambiar la pasta térmica.
  • Periodos de tiempo concretos: como dijimos no es posible fijar una franja concreta de tiempo. Sin embargo, podemos establecer algunas recomendaciones básicas. En general una pasta térmica económica debería aguantar sin problemas 1 años, mientras que una de calidad debería mantenerse entre 2 y 3 años. Si no tienes claro la calidad o la vida útil de la pasta térmica aplicada podemos hacer el cambio a los dos años, siempre que no tengamos problemas de temperatura.

Cuándo debo cambiar la pasta térmica: Tarjeta gráfica

El cambio de pasta térmica de una tarjeta gráfica no se debe hacer hasta que hayan pasado al menos 1 años desde su compra.

No es complicado, pero puede llevarnos más tiempo, sobre todo en algunos modelos cuyos chips de memoria tienen almohadillas térmicas que pueden interferir en el proceso. En cualquier caso la base es la misma:

  • Desmontamos el sistema de refrigeración de la parte frontal retirando los tornillos ubicados en la parte trasera y desconectando el cableado de los ventiladores, en el caso de sistemas de refrigeración líquida o watercooling no aplica de la misma forma.
  • Se limpian y se verifica el buen fucionamiento de ventildores, en el caso de sistemas de refrigeración líquida o watercooling se retira el refrigerante y se remplaza por el nuevo liquido de tu peferencia.
  • Limpiamos la pasta térmica vieja con un papel o algodón humedecido en isopropanol (C3H8O).
  • Aplicamos pasta térmica en el centro de la GPU.
  • Volvemos a montar el sistema de disipación y conectamos los ventiladores o reinstalar el sistema de refrigeración refrigeración líquida o watercooling.

¡Gracias por ver!

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